* PORQUE PASAMOS EL BICENTENARIO CON CASI NADA DEL CENTENARIO *
UN HOMENAJE A LA BUENOS AIRES DE AYER,
LA PEQUEÑA ALDEA QUE SE CONVIRTIÓ EN METRÓPOLIS;
LA PERLA DE SUDAMÉRICA, LA PARÍS DEL SUR, LA REINA DEL PLATA...

UN RECORRIDO POR LA CIUDAD
DEL CENTENARIO,
AQUELLA QUE FUE Y HOY ESTA DESAPARECIENDO...

UNA MIRADA NOSTÁLGICA A TODO LO QUE SE PERDIÓ
CAMINO AL BICENTENARIO.
..

SE DICE DE TI ...


"Buenos Aires es....










La ciudad más difícil de ver es la Capital de la Argentina. Con los muchos años que llevo en ella callejeándola a troche y moche, día y noche, repasando todos sus barrios, vericuetos y andurriales, no he encontrado aún su síntesis.


Para mí la floración de Buenos Aires, está arraigada en ese ansioso y poderoso fondo tumbal, en esos acendrados cimientos para los que necesita tanta argamasa de días y de hombres.









La ciudad nueva que representa un nuevo mundo - nada aindiado - sin dejar de tener ya grandes edificios, está preparando un mundo de sótanos firmes para que un día reluzca con fijeza la Cosmópolis del Sur. La historia, hasta ese día, será entonces argamasa aún no seca, reciencia vital, cal viva que mezclada al agua, aún echa humo.









Necesita voluntarios y voluntarios para esas recias catacumbas que han de sostener los edificios de gran cúpula, el urbanismo lleno de carácter original y definitivo que se está preparando con el ruido del bombo giratorio en que se hace la mezcla del cemento y de piedra.









En mis primeros viajes y en mis primeras estancias no sabía dónde estaba, a dónde me habían llevado. Nadie me podía dar explicaciones y era como si me hubiesen llevado, con los ojos vendados, de un sitio a otro.









Largos años he necesitado para saber bien dónde fui y aún ahora, de un mes a otro, encuentro cambiada una calle, transformado un paraje, suprimidas unas afueras, marginizado el estuario del río hasta un más allá que no era previsible.









Se reconoce a Buenos Aires, más que por su enmendada silueta, por su permanente aire exquisito, único, depurado en lo alto - un aire poético como con senos de mujer - y esa mezcla de un olor húmedo que sale de ese subsuelo, donde las raíces estiran sus piernas y traman la tierra básica.









La ciudad más difícil de abarcar, no solo no se deja ver, sino que no nos ve y se diría que primero cierra los ojos para no vernos, para que no nos creamos algo del otro mundo y pertenezcamos entrañablemente a este, apeñuscados en su fondo, como anonimal lama o abono de su río y de su tierra."









("Variaciones Argentinas"
Ramón Gómez de la Serna)


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